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Servicio de investigaciones
de estudiantes y músicos
Fondo
Histórico Documental de la Música Nicaragüense
17 DE JULIO DEL 2002 / La Prensa Museo de la música
Algunas de las partituras
musicales
tienen casi un siglo de existencia
Leslie Ruiz Baldelomar Más
de 40 mil partituras musicales constituyen el “Museo de la Música
Nicaragüense”, una riqueza cultural que ha sido recopilada durante
varios años por el Fondo Histórico Documental de la Música
Nicaragüense. Ayer, en medio de un acto ceremonial, se hizo la entrega
oficial al Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA),
ubicado en la Universidad Centroamericana.
Las partituras se encuentran depositadas en este instituto desde hace
un año, cuando Alfredo Barrera, director del Fondo Histórico
Documental de la Música Nicaragüense, se percató de
que sería el lugar más indicado para guardar tan valiosos
documentos. “Para la década de los ochenta, algunas de las partituras
se encontraban en las oficinas del Ministerio de Cultura que en ese tiempo
era dirigido por Ernesto Cardenal. Luego pasaron a manos de Rosario Murillo
y finalmente fueron colocadas en las bodegas de las Ruinas del Gran Hotel”,
comentó.
Agregó que en ese trajín se perdieron muchas canciones
importantes que ahora serían piezas claves dentro de este fondo
patrimonial.
Como parte del “Museo de la Música Nicaragüense” se encuentran
expresiones musicales de Alejandro Vega Matus, Carlos Ramírez Velásquez
y José de la Cruz Mena; además de cuatro músicos más.
“Lo más relevante de esta colección es que todos los documentos
son originales”, destacó Barrera.
Los conciertos, la música de cámara y las sinfonías
son los ingredientes principales. Hasta se encuentra la famosa “Sinfonía
centroamericana”, ganadora de un premio en Detroit durante 1945. Y es que
según Alfredo Barrera, hay música que data de hace 90 años.
“Tal como sucede desde 1983, este material está disponible para
todo tipo de consulta”, dijo.
EXPOSICIONES ITINERANTES
Para el mes de agosto se tiene programada una serie de exposiciones
itinerantes por diversas bibliotecas de la capital, con el fin de dar a
conocer la existencia de estas partituras musicales, cuyo mantenimiento
ha sido financiado por el Gobierno de Noruega.
Según Jairo Jarquín, secretario de organización
del Sindicato Nacional de Músicos del Instituto Nicaragüense
de Cultura, el Museo de la Música Nicaragüense jugará
un papel indispensable dentro del quehacer cultural, de manera que las
orquestas radicadas en nuestro país sabrán con exactitud
dónde buscar los temas de los grandes maestros, a la hora de interpretarlos
en un determinado concierto. Incluso facilitará el trabajo de los
músicos departamentales que hasta ahora se les hacía tedioso
obtener este tipo de información.
Agregó que el sindicato estaría dispuesto a cooperar con
varias partituras originales de José de la Cruz Mena, Tino López
Guerra y Abraham Delgadillo que poseen desde hace muchos años y
que sería recomendable que descansaran en el IHNCA, donde existen
las condiciones necesarias para su adecuado mantenimiento.
Por su parte, Víctor Alvarado —violinista del grupo Kinteto—
considera que este fondo documental de la música servirá
para que todos los músicos nuevos conozcan a fondo sobre el origen,
evolución, actores y diferentes expresiones musicales a través
del tiempo.
El acto de entrega “Museo de la Música Nicaragüense” se
llevó a cabo ayer en las instalaciones del IHNCA, culminando con
un concierto del grupo de cámara “Kinteto” y un brindis.
indiscutiblemente
aportando a la cultura musical nicaragüense.
Material inéditomás
de 40 mil páginas de manuscritos originales con puño
y letra de los autores y composiciones de grandemaestros de la música
nicaragüense
José de la
Cruz Mena,
José
de la Cruz Mena también conocido como el “Cantor del Río
Chiquito”, nació el tres de mayo de 1874 en el Barrio San Sebastián
de León. A los 21 años de edad, estando en San Salvador
le diagnosticaron la enfermedad de la que fue quedando completamente
ciego un año después, muriendo el 22 de septiembre
de 1907 a los 33 años. Es el autor de grandes valses como “Amores
de Abraham”. Su máxima gloria como compositor fue en
1904 cuando ganó el primer lugar con el vals “Ruinas” en un
festival que se realizaba en el teatro que ahora lleva su nombre |
Con la armonía de sus guitarras, el encanto
de la flauta, el sonar de la marimba y el coro de sus dulces voces, los
niños y adolescentes que integran el Coro de Batahola se preparan
con cantator Carlos Mejia Godoy para brindar una Misa Campesina de lujo,
escenario la iglesia de Batahola Norte. |
Camilo Zapata
nació en Managua el 25 de septiembre de
1917. Topógrafo de profesión y compositor de pasión,
un artista que ama a su tierra en toda su extensión, en donde ha
encontrado la fuerte inspiración para dar paso a un sinnúmero
de bellas composiciones.
A sus 14 años realizó su primera
composición, "El caballito chontaleño", que estrenó
en 1934. Sus creaciones musicales están llenas de estampas costumbristas
convertidas en canto.
Entre sus temas más populares sobresalen:
"El nandaimeño", "Caballito chontaleño", "El ganao colorado",
"El solar de Monimbó", "El arriero", "Cariño", "Rival", entre
otras. A los 82 años continúaba componiendo temas musicales,
ya que para él Nicaragua es una tierra en la que hay una poesía
necesaria para hacer canciones. |
Carlos Mejia
Godoy
nació el 27
de junio de 1943. Es el más importante cantautor del país.
Tiene ocho
hijos y una docena
de discos. Su música ha trascendido las fronteras
No hay nicaragüense
que no conozca María de los Guardias, El almendro de onde la Tere
o La Misa Campesina. Su vida es un magisterio de la música. |
Luis Enrique
Mejía Godoy
" doy gracias a
Dios porque las escribí en uno de mis mejores momentos como compositor
"
"Palomita guasiruca"
dijo que ésta "me mantiene con mi corazón de niño
creyendo en el amor y en Dios para seguirle cantando a ustedes". realizó
un recorrido por sus raíces, a la tierra que lo vio crecer por poco
tiempo, antes de marcharse por 21 años con su maleta de sueños
al país norteamericano interpretando "la mazurca", ritmo típico
de las regiones del norte, "una mazurca simple pero llena de mucha vibra
tinta",
"¿Quién
eres tú?", fue la canción que despuntó la cuarta noche
de concierto que realiza el intérprete de "Date un chance"
El salsero también interpretó algunas de sus nuevos temas. |
Viernes 7 de Abril de 2000
El Nuevo Diario
Víctor
M. Leiva
Recordando
al fecundo compositor
—HUGO HERNANDEZ OVIEDO *—
Don Víctor
M. Leiva fallecido el 7 de abril de 1995......un gran pesar..y
siempre lo recordaremos como un gran compositor, orgullo de Nicaragua que
nos dejó su valiosa herencia musical como «La Cumbia Piquetona»,
«Miriam», «No me hiciste caso» y muchas más
entre ellas «El Toro Huaco», tema triunfador del segundo
lugar en el Festival de la Canción Folklórica Latinoamericana,
realizado en Hollywood, California. (En esa ocasión don Víctor
viajó en compañía de los integrantes del Trío
Xolotlán, de Otto de la Rocha y de Luis Méndez).
NACIO EN MANAGUA
De
la Casa del Obrero, una cuadra al Este y una cuadra al Sur, nació
Víctor M. Leiva el 25 de junio de 1916, siendo sus padres el señor
Carlos Leiva Orozco y señora Carmen Vásquez de Leiva.
El pequeño Víctor nunca pensó que llegaría
a la cima de la popularidad con sus canciones; creció al lado de
sus doce hermanos cultivándose en estudios, posteriormente aprende
el noble oficio de la barbería, por cierto tenía una lujosa
sala, de la iglesia San Antonio (en la vieja Managua) dos cuadras
al Sur, lugar donde aprovechaba para vender sus discos o sencillamente
los regalaba a sus clientes. Don Víctor recorrió desde Guatemala
hasta Panamá con la fe de conquistar mercados; desafortunadamente
sus discos no eran aceptados «ni regalados», pero no desmaya
a pesar de sus fracasos tanto espirituales como materiales, don Víctor
sigue en su empeño.
GRABACION DE DISCOS EN 1948
Sus primeros
discos fueron realizados en 1948 en el estudio de grabaciones del señor
Juan María Navas Barraza (q.e.p.d.) que estaba ubicado frente al
costado norte de Catedral, contiguo al Club Social Managua. En verdad los
discos de piedra no eran de gran calidad, pero de alguna forma ayudaron
a proyectar la música nicaragüense.
Las primeras canciones
que grabó fueron: «El caballo cimarrón»
y «No sé por qué te quiero». Don Víctor
aseguraba en vida, que el señor José María Navas fue
quien abrió la brecha musical en discos y cada semana, el compositor
sacaba una buena cantidad de sus discos de 78 rpm. Así continuó
produciendo melodías con música y buena letra y sobre todo
temas originales como el caso de «Miriam», un rotundo éxito
en la voz del magnífico cantante nacional Luis Méndez, acompañado
del trío mexicano «Los Arieles»; por cierto el nombre
original de este romántico bolero era «Martha»,
pero por cuestiones de vocalización, don Víctor se vio obligado
a cambiar el nombre. Cabe recordar que en los inicios de lucha para realizar
sus grabaciones, al no conseguir apoyo financiero para seguir con la producción
musical, tuvo que vender la silla y todos los implementos conque realizaba
su noble trabajo en la barbería.
SUS HIJOS ESPIRITUALES FUERON SUS CANCIONES
En vida, don
Víctor confesaba que le tenía mucho cariño a todas
sus canciones, ya que para él representaban a hijos espirituales
que nacieron del alma, del sentimiento y de las vivencias, siendo su favorita
«Miriam». Fue en 1956 que el fecundo compositor comienza
a recoger el fruto de sus éxitos. Es reconocido públicamente
como el Mejor Compositor de Música Típica, presea que
es entregada por manos del brillante musicólogo don Salvador
Cardenal. En 1960 recibe medalla como el Mejor Compositor de Música
Popular de Nicaragua, de parte del Ministerio de Educación Pública.
GRABA VARIOS TEMAS
EN RCA VICTOR DE CIUDAD MEXICO
Uno
de los momentos más grandes de la vida artística de don Víctor
M. Leiva fue en 1960 cuando viaja a la ciudad de México en
compañía del laureado cantante Luis Méndez para grabar
doce temas de su propia autoría en los estudios de la RCA Víctor,
siendo este LP una verdadera joya del pentagrama nacional que hace
historia en Nicaragua. En los estudios de la RCA logró grabar al
lado de los maestros Chucho Ferrer, Mario Ruiz Armengol, el Trío
Los Arieles y Los Cuatro Soles.
INVITADO A PROGRAMA
RADIOFONICO EN LA XEW DE MEXICO
Don
Víctor M. Leiva mientras grababa en los estudios de la Víctor,
fue invitado para un programa en vivo en la XEW La Voz de la América
Latina desde México, donde el cantante nicaragüense Luis Méndez
actuó cantando los temas del maestro Leiva, alternando con Lucha
Villa, El Mariachi Vargas de Tecalitlán, Los Cuatro Soles
y el actor-compositor José Angel Espinoza
«Ferrusquilla». RONNIE PORRAS Y EL MARIACHI SOLINGALPA GRABAN
UN LP
Verdaderos
éxitos calificados como Joyas Musicales fueron grabados por el
cantante nacional Ronny Porras acompañado del mariachi Solingalpa,
donde incluyen «Quiéreme mucho corazón»,
«Cuando vienes tú», «Por quererla tanto»,
«No me hiciste caso», «Ay amigo, ay amigo», «Homenaje
a la campiña y al amor», «María Elena»,
«Marisol», «Rosa Linda», «Madrecita linda»
y otras, siendo estos números musicales del ramillete de canciones
de gran romanticismo la mejor herencia al patrimonio cultural de Nicaragua.
SUS SENTIMIENTOS AMOROSOS
En vida,
el maestro Leiva se autocalificaba como «el niño mimado»
de todas muchachas, ya que desde los 15 años de edad, conquistaba
con canciones y ellas quedaban encantadas cuando les dedicaba serenatas;
cuando le entrevisté en mayo de 1994, don Víctor me dijo
que a los 18 años de edad se casó con una joven de 14 años
de edad cuyo nombre era Celina González, siendo su última
esposa la señora Rosario Ramírez de cuya unión procrearon
tres hijos: Fátima, Carlos Alberto y Víctor.
SU MUERTE AQUEL 7
DE ABRIL DE 1995
Después
de quebrantada su salud y haber permanecido durante un mes en el
Hospital Salud Integral, se doblega ante la muerte a las tres de la madrugada
del 7 de abril de 1995, rodeado de sus hijos y de su esposa Rosario. De
esta forma nuestro homenaje en el recuerdo para el inolvidable compositor
orgullo
de Nicaragua.
* (Recopilador de datos biográficos). |

Luis Abraham Delgadillo,
(1887-1961)
temas folklóricos nicaragüenses de la Purísiima el Niño
Dios
Luis
A. Delgadillo es el nombre que lleva la escuela para honrar a uno de los
más grandes músicos nicaragüenses. Nació en Managua
el 26 de agosto de 1887. Por sus dotes musicales fue becado para estudiar
música en Milán por el entonces presidente de Nicaragua,
José Santos Zelaya. Aquí dirigió por siete años
la Banda de los Supremos Poderes. Por entonces se conoció el folleto
Consideraciones sobre el Arte Musical de Nicaragua (1913). Trasladado a
México, fue profesor del Conservatorio Nacional y Director del Orfeón
Popular Número 5. En 1926 realizó una gira por toda Hispanoamérica.
En 1930 dirigió un concierto de sus obras en el Cornegie Hall de
Nueva York. Después fue catedrático de Composición
y estética musical en el Conservatorio de Panamá. También
fue director de la Escuela Nacional de Música de Nicaragua y de
la Orquesta Sinfónica de Managua. Fue invitado de honor del
Departamento de Estado. El maestro Delgadillo dominaba todos los
géneros: clásicos, románticos y modernos a la perfección.
En la Revista Tiempo de México, declaró que era género
chico, por ejemplo, «Sinfonía Indígena», «Sinfonía
Mexicana» (1924), «Sinfonía Incaica» (1926), «Sinfonía
Serrana» (1938), la sinfonieta «Un chino en París»
(1952), la Gran Marcha Triunfal «Simón Bolívar»
y sus doce sinfonías breves, son algunas de sus obras, de este maestro
del pentagrama, que escribió más de 300 obras, demostrando
una versátil fecundidad genial. Murió el 20 de diciembre
de 1961. |
Carlos Ramírez
Velásquez, (1882-1976),
mas de mil sones de pascua, misas de gloria,marchas militares,cantos a
la Virgen, himnos y Fox Trot,colección de valses de gran belleza
'Sinfonía de las Américas' 1945.
Fernando Luna Jiménez,
composiciones
de cámara, Réquiem, música sinfónica
con temas del folklore. |
Alejandro Vega Matus
(1875-1937) composiciones
de identidad. |
.
Juan Manuel Mena
Romero,(1917-1989)
música coral nicaragüense, Réquiem 71, el salmo
(poema de Ernesto Cardenal), orquesta de cuerdas |
Tino López
Guerra aqui
un link con la pagina de Radio Corporacion Visitelo
Nació
en Chinandega el 20 de julio de 1906, su padre el médico Eduardo
López Robelo, su madre Celina Guerra; tercer varón de los
6 hijos del matrimonio López Guerra demostró desde temprana
edad su alma de compositor y poeta, creando música y poemas
románticos. |
Erwin Krüger
Urroz aqui
un link con otro URL Visitelo
Amor,
picadía y armonía en la composición musical nicaragüense.
Nació el 2 de Noviembre de 1915 en León, Nicaragua.
De pronto un canto y sabrá quien ha puesto en la memoria de su corazón
esa armonía de nostalgia y luces nativas. En todo aire nicaragüense
pasa una nota de Erwin Krüger.
En
el Hotel California de la capital guatemalteca Erwin empezó a componer
"Mi Pueblito". Pasaba horas y horas arrecostado en un catre dándole
vida a su hoy célebre canción: "cuando evoco el recuerdo
de mi pueblito... etc" |
19
de Julio de 2004 El Nuevo Diario
Cuando la música
cantó más fuerte que cien cañones
Joaquín Tórrez
A.
JULIO MARIO VÁSQUEZ
Nace en Managua, Nicaragua en septiembre de 1963.
Arreglista y Compositor, inicia sus estudios de música y guitarra
en la Escuela Nacional de Música en Managua, Nicaragua. Posteriormente
realiza estudios de armonía y composición con renombrados
maestros cubanos y con el saxofonista nortearmericano Richard Lesnik.
En 1988-92 estudia la técnica de la guitarra
clásica, instrumentación y orquestación en el Conservatorio
de Música de Pardubice, Checoslovaquia, con el profesor Stanislav
Jurica.
Se ha desempeñado como guitarrista del
Grupo Staccatto, junto al también guitarrista Eduardo Araica.
En 1992-93 funda en Berlín, Alemania el
trío "Los Becuadros" junto a dos músicos paraguayos. En 1986
se destaca como guitarrista y cantante del grupo de música experimental
"Igni Tawanka" con el que realiza conciertos en Canadá y Estados
Unidos. En 1984 recorre seis paíises de Europa grabando un LP con
el grupo "Pueblo" en Bochum, Alemania.
En 1980 funda el grupo coral "Pueblo" presentándose
en Costa Rica y los Estados Unidos. Sus primeras manifestaciones artísticas
las expresa desde muy corta edad, iniciando el aprendizaje de la guitarra
de manera autodidacta. Actualmente se desempeña como profesor de
guitarra en la Escuela Nacional de Música en Managua, Nicaragua.
IV Encuentro Internacional de Guitarra, Panamá
2001 del 13 al 17 de agosto |
El Grupo Pancasán
se enfrentó a la Guardia con dos guitarras, un güirro y un
bongó. MIGUEL MOLINA / END
No hay dudas de que
la nostalgia entra por la música, como diría Gabriel García
Márquez. El mismo Platón decía que la música
es al alma lo que la gimnasia al cuerpo. Y por eso, de alguna manera, los
mejores y los peores momentos de nuestras vidas siempre van acompañados
de una canción.
Así, hay canciones
que sintetizan los sueños de una época. Con ellas muchos
han envejecido, las tararean y las admiran como si fuera un paisaje que
conduce a un horizonte lejano.
Con el tiempo, las
ráfagas de viento se llevan fragmentos de esas melodías,
pero luego vuelven para recordar aquellos días en que muchos, armados
con fusiles y otros con la palabra, querían construir un mundo a
su manera.
De aquella factoría
surgieron docenas de grupos que luego fueron los cantores de la revolución,
los que pusieron la banda sonora a toda una década, y cuyas canciones
fueron saboreadas por miles. Pablo Martínez Téllez --”El
Guadalupano”--, Salvador Cardenal y los integrantes del Grupo Pancasán,
son algunas de esas personas que consideran, 25 años después,
que la revolución fue “un movimiento auténtico que merecía
ser cantado”. |
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El guerrero del amor
Salvador Cardenal,
la voz masculina del Dúo Guardabarranco, aún hace revolución
con su música, cantándole al ambiente y al desarrollo sostenible.
Las reivindicaciones de ahora son otras, pero lamenta que no se luche,
que no se peleen espacios como se hacía en la década revolucionaria.
“La revolución
fue linda porque promovió un nuevo reparto de la riqueza. El mundo
nos veía con esperanzas y nos reconocían como los gestores
de un nuevo mundo, de un nuevo orden. Había mucha pasión
y respaldo por un nuevo país que nacía después de
la represión somocista”, recuerda.
Por eso es que no
lo duda cuando le preguntan si valió la pena cantarle a la revolución.
“Fue un movimiento auténtico que merecía la pena ser cantado”.
Él y su hermana
Katia no estuvieron en los momentos duros de la lucha contra Somoza. Su
involucramiento fue primero con la Cruzada Nacional de Alfabetización
y luego con las brigadas culturales que iban a cantar en los cortes de
café, en el exterior y en los frentes de guerra.
“Era emocionante
aquella fiebre cultural. Eran camionadas de artistas yendo a cantar de
un lado a otro. Nosotros conocimos por lo menos 25 países, y nos
involucramos tanto, que hubo un año que cantamos más de 365
veces. Cantábamos hasta dos y tres veces por día... por eso
es que siempre digo que nuestras raíces se las debemos a la revolución”.
El Dúo Guardabarranco
llevó su canto revolucionario por media Europa. Eran verdaderos
conciertos masivos que los llevaron a cantar ante 8 mil personas en Suecia
y ante más de 12 mil en la URSS. En Estados Unidos cantaron en 24
estados.
Pero si hay una canción
de su repertorio que aún arranca lágrimas es “Guerrero del
Amor”, todo un himno a mediados de los años 80, y que para Salvador
es un homenaje a los miles de jóvenes que murieron por defender
el país.
La letra de esa canción
proviene de un poema de una joven costarricense que era casada con un guerrillero
nica. “Ella se llama Rosy Soleyl. Cuando mataron a su compañero
me mandó una carta y ahí venía el poema. Yo le quité
algunos versos, le agregué otros y ahí está la canción.
La grabamos en 1985 en Estados Unidos, pero sonaba en Nicaragua desde el
84”.
En los últimos
14 años, Guardabarranco ha recorrido el mundo por su cuenta. Siguen
con su vocación social, y aunque compiten en un mundo comercial,
constituyen uno de los grupos que más vende en el país. 25
años después que iniciaron a cantarle a la revolución,
Salvador aún se considera revolucionario. Pero eso sí, nada
de partidos. “Ahora soy un hombre de enteros”, dice. |
Un canto de meditación
A Pablo Martínez
Téllez, “El Guadalupano”, se le debe uno de los cantos más
hermosos de la Misa Campesina, El Canto de Meditación, una melodía
que compuso en 1975 en una quinta que alquilaba Carlos Mejía Godoy
en el kilómetro 10 de la Carretera Sur, en Nejapa.
“Para
todo hay que tener vocación y mucho más para vivir. Norma
Elena y Keyla mujeres llenas de vida, amor, y paz que lo comparten con
su público en sus conciertos
En agosto cumplirá
30 años de ser cantante; desde que inició en 1974 en un programa
llamado Buenos Días Campesinos. “Yo hacía canciones de obreros
que se quejaban del patrón, y una vez, en el Colegio La Salle de
León, Carlos Mejía se fijó en mí y me pidió
unas canciones. Después supe que las había pasado en un programa
que tenía en Radio Corporación”. |
Después de
ese encuentro se trasladó a Managua y se unió a Carlos Mejía.
Con él y con los hermanos Duarte (que luego se llamaron Los de Palacagüina)
fue parte de los Talleres de Sonido Popular y Brigadas de Salvación
del Canto. Y así se abrió paso hasta que logró tener
un programa en la Radio Continental. “Media hora con El Guadalupano”, se
llamaba.
Esa relación
con Carlos Mejía le permitió poner su arte en la Misa Campesina.
Entonces vivía en Nejapa, en una quinta de Mejía. “Ahí
saqué ‘El Canto de Meditación’. No sé ni cómo
la compuse... creo que fue porque el lugar era bonito, con muchos pájaros
y muchos árboles... creo que fue Dios el que me iluminó para
que le cantara a su naturaleza”.
“El Guadalupano”
(nació en el barrio Guadalupe, en León) creció entre
los algodonales, cortando madera, trabajando en confiterías, en
panaderías, en tenerías, en talleres de carpintería
y en construcción de casas.
Sus canciones de
contenido social tuvieron su recompensa cuando, en 1976, ganó un
festival de música testimonial con la canción “El Niquinohomeño”,
dedicada al general Sandino. Eso le permitió representar al país
en un congreso mundial de jóvenes que se realizó en Cuba
en 1978, pero, a la vez, le provocó más problemas con la
Guardia Nacional.
Su momento de gloria
le llegó a inicios de 1979 cuando, con la Orquesta Sinfónica
de Londres y con los cantores españoles Ana Belén, Sergio
y Estibaliz, Miguel Bosé, Elsa Baeza y el trío Los Laredo,
grabó la Misa Campesina en un estudio de Madrid. Esa vez vendieron
más de 50 mil copias y se ganaron un disco de oro que El Guadalupano
aún conserva en su casa de León.
En los años
80 trabajó en el Ministerio de Cultura, pero ligado a las actividades
culturales de la Central Sandinista de Trabajadores, CST. Pudo hacer carrera,
pero el alcohol le ganó la partida. Ahora tiene ya 18 años
de no beber, 58 años de vida y sigue cantándole a las reivindicaciones
de aquella época. Ha compuesto más de 700 canciones.
Pancasán hizo
su historia
A finales de agosto
de 1975, armados con un güirro, un bongó y dos guitarras, cuatro
estudiantes de la UNAN entraron a la historia revolucionaria del país
con el nombre de Pancasán.
Francisco Cedeño,
Marlene Álvarez, Martín Fonseca, Agustín Sequeira
y luego Salvador Baltodano, provocaron a Somoza y su Guardia sin mucha
habilidad musical, pero sí con mucha química, y, más
que eso, con temas que alentaban al cambio, a la lucha, por la libertad
del pueblo, como dice una de sus melodías.
Nacieron de la espontaneidad.
A Marlene le gustaba cantar con sus compañeros en sus ratos de estudiante
del
Año Básico en la UNAN, entre ellas Arlen Siu, una joven guerrillera
que murió en 1974, compositora de María Rural, una canción
presente en uno de los discos de Pancasán.
Francisco Cedeño,
por su lado, era un entusiasta de la música que ensayaba con sus
amigos en la casa de sus padres, en Bello Horizonte. Un día coincidieron
con Marlene en un acto en el Colegio Centroamérica y surgió
la idea de unirse.
Pertenecían
al Frente Estudiantil Revolucionario, FER, y cuando se hicieron grupo,
ensayaban por lo menos una vez a la semana en la UNAN. “En el aula que
hallábamos abierta aunque fueran las 10 de la noche”, dice Francisco
“Pancho” Cedeño.
Entonces eran una
célula revolucionaria. Sus primeros integrantes eran Donald Aguirre,
Marta Sandoval, Berta Rosa Guerra, Dany Montenegro, Martín Fonseca,
Agustín Sequeira, Marlene, Pancho y Laura Amanda Cuadra, que murió
en 1980, días después del Primer Aniversario de la revolución.
Al final sólo
quedaron cuatro (Pancho, Marlene, Agustín y Martín). Ellos
hicieron el primer disco llamado precisamente Pancasán, diez canciones
que grabaron en un estudio de don Lorenzo Cardenal, ubicado en carretera
a Masaya.
“Ese disco lo grabamos
en dos noches. Había un solo micrófono y ahí estábamos
todos, pegados, y además, vigilando que no se acercara un Becat.
Ese disco casi no sale, porque lo mandamos a reproducir a Costa Rica justo
el 22 de agosto del 78, el día del asalto al Palacio Nacional”,
cuenta Marlene.
Cuatro meses después,
alguien se les apareció en la UNAN con 10 mil córdobas por
la venta del disco. El dinero pasó directo a las arcas de la lucha,
cuenta Pancho.
Su siguiente disco,
Vamos Haciendo la Historia, fue grabado en noviembre del 79 en Cuba. Ahí
aparecieron canciones como Apuntes sobre el Tío Sam, una canción
que estrenaron en junio del 79, en un acto en la UNAN. La canción
tiene un doble significado para Pancasán porque, el día del
estreno, oyeron hablar por primera vez al niño Luis Alfonso Velásquez,
que luego fue asesinado por la Guardia.
“Luis Alfonso nos
llegaba a ver ensayar y nos decía que andaba recogiendo dinero para
comprar ‘spray’ y poner pintas en las calles”, recuerda Pancho Cedeño.
Guitarras contra
Garands
Pancho, Marlene y
Martín ya no recuerdan cuántas veces tuvieron que salir corriendo
y dejar las guitarras tiradas en predios baldíos. Más de
una vez se vieron entre dos fuegos; una fue en Ciudad Sandino, cuando al
salir de un acto, vieron cómo unos guerrilleros abatían a
tiros a dos guardias.
“Nuestro trabajo
era de agitación. Organizábamos marchas en los barrios y
servíamos de correo a compañeros que andaban clandestinos.
Cuando nos perseguía la Guardia, la gente nos metía a sus
casas, nos ponían otra ropa y nos hacían pasar como sobrinos
o primos”, cuenta Marlene.
Sus voces forman
parte de esa memoria sonora de la revolución que muchos cantan aún
hoy. Antes y después de 1979 ellos están presentes. 25 años
después, cuando se les pregunta si valió la pena poner su
arte por una causa, responden con una sola frase: “Cantarle a la revolución
era un acto de conciencia”.
Un cuarto de siglo
después sólo Pancho Cedeño se dedica a la música.
El resto vive bajo el paraguas de otras profesiones. Marlene trabaja en
una ONG de Desarrollo Local; Martín en una constructora; Agustín
es ganadero en Chontales, y Salvador Baltodano es abogado y ahora vive
en Estados Unidos.
Igual que muchos
jóvenes que empuñaron las armas, el Grupo Pancasán,
el Dúo Guardabarranco y El Guadalupano, como la canción,
vivieron la revolución... a su manera. Cantando. |
Martha Solano Martínez / La Prensa
En nuestro país hay unos tres estudios
que podemos destacar. El del arreglista Julio Cansino, el estudio de Macolla
y Status Music Corporation de Radio Hit. |
26 DE JULIO DEL 2004 / La Prensa
El costo de grabar un disco
Para los músicos de
Nicaragua grabar un CD es como alcanzar una estrella
Auxiliadora Rosales
Desde hace ocho años, el joven cantautor
Juan Solórzano pisa con buen suceso los escenarios nacionales. El
público adora escuchar en su voz canciones de nuestro folclor, pero
hasta hace apenas dos meses lanzó su primer disco.
Para él, al igual que muchos artistas de
nuestro país, grabar un disco es toda una hazaña, pues su
costo es un ojo de la cara, que traducido a papel moneda suma entre 15
mil y 18 mil dólares.
UN OJO DE LA CARA
Para Ramón Rodríguez, director de
la Camerata Bach, uno de los grupo musicales con más discos grabados,
12 en total, expresa que el costo de grabar depende mucho de lo que el
artista desee hacer. “Por ejemplo, cada disco de la Camerata Bach tiene
un costo entre los 15 y 18 mil dólares”.
Rodríguez explica que la grabación
de un disco tiene dos etapas: grabación y reproducción. La
primera contempla los costos de arreglos musicales, que pueden ser entre
250 y 300 dólares por canción. “Y si un disco tiene 10 ó
12 canciones, eso suma unos tres mil dólares. A lo que se le agregan
500 dólares en pago de los músicos en concepto de grabación
por canción, entre más músicos necesitas los costos
se suben”.
A los costos de grabación se suman 400
dólares para gastos de producción que incluye, refrigerios,
cenas y transporte para los músicos durante los días de grabación.
Además del alquiler de estudio que se cotiza
entre 40 y 50 dólares por hora. “Por lo menos para lograr un buen
disco se necesitan 100 horas. Pero muchas veces aquí lo que nos
ayuda son las ofertas o paquetes que ofrecen los dueños de estudio.
Eso es un arreglo entre el artista y el dueño del estudio”, precisa
Rodríguez.
El director de la Camerata indica que en ese sentido,
Nicaragua cuenta con pocas ofertas ya que se identifican cuatro estudios
con calidad: el estudio de Macolla, Status, Mántica Waid y el de
Hugo Castilla.
En cuanto a la segunda etapa, la de reproducción,
Rodríguez señala que “el costo de mil discos con portada
incluida, es de tres mil dólares”.
LAS OPCIONES
El director de la Camerata dijo que ante estos
altos costos, los artistas han recurrido a otras opciones como la grabación
en vivo durante sus espectáculos. “Los costos son mucho más
bajo porque no tenés que pagar estudio ni músicos ni arreglos
y sólo hay que llevar un buen audio, para luego terminar de pulir
el material en un estudio”.
Otra de las opciones a las que tiene que recurrir
un artista de la música, es a los patrocinadores. Además
de que muchos grupos musicales omiten el pago de los músicos bajo
el concepto de que grabar será una promoción de los artistas.
Juan Solórzano cuenta que frente a los
altos costos “hay que armarse de buenos amigos que deseen colaborar con
tu disco. Ahí incluyo tanto patrocinadores como músicos que
deseen apoyarte”.
En tanto, el cantautor Luis Pastor González
se suma al criterio de sus colegas. “Grabar un disco es muy caro. Los costos
pueden andar por los ocho mil dólares. Pero nosotros nos las ingeniamos,
buscamos estudios más modestos, grabamos algunos instrumentos en
vivo, otros, por medio de computadora para economizar tiempo y dinero”.
LO MÁS DIFICIL
Según Rodríguez, lo más difícil
al grabar un disco es ser creíble frente a los patrocinadores, y
posteriormente que el material grabado logre el impacto deseado.
“Creo que Nicaragua es el país donde menos
se graba a nivel del área. No contamos con un acceso fluido para
que los artistas grabemos”, señaló Rodríguez.
Juan Solorzano precisó que “creo que en
Nicaragua hace falta lo que en los ochenta se llamó Enigrac (Empresa
Nicaragüense de Grabaciones), pero donde todos los artistas tengan
acceso”. |
¿Y LA PIRATERIA?
Las dificultades de los artistas no quedan sólo
en el alto costo de la producción sino que tienen que enfrentar
la piratería.
Ambrosia Lezama, directora del departamento de
Propiedad Intelectual del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific),
señala que en nuestro país se estrenan anualmente un promedio
de 50 discos al año.
“Me parece que la cifra no es baja si recordamos
que los costos de grabación son muy altos para los artistas. Por
otro lado la piratería desmotiva a los artistas cuando ven sus obras
en los canastos de los mercados”, precisó.
Lezama dijo que aunque la acción de denunciar
el delito de la piratería corresponde al artista o afectado también
enfrentan la retardación de justicia.
“Esperamos que cuando entre en vigencia el nuevo
Código Penal, los casos de piratería ya no duerman el sueño
de los justos, como hasta ahora”.
|
17 DE JULIO DEL 2002 / La Prensa Leslie Ruiz
Baldelomar Museo de la música Algunas de las partituras musicales
tienen casi un siglo de existencia Más de 40 mil partituras musicales
constituyen el “Museo de la Música Nicaragüense”, una riqueza
cultural que ha sido recopilada durante varios años por el Fondo
Histórico Documental de la Música Nicaragüense. Ayer,
en medio de un acto ceremonial, se hizo la entrega oficial al Instituto
de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), ubicado en la
Universidad Centroamericana. Las partituras se encuentran depositadas en
este instituto desde hace un año, cuando Alfredo Barrera, director
del Fondo Histórico Documental de la Música Nicaragüense,
se percató de que sería el lugar más indicado para
guardar tan valiosos documentos. “Para la década de los ochenta,
algunas de las partituras se encontraban en las oficinas del Ministerio
de Cultura que en ese tiempo era dirigido por Ernesto Cardenal. Luego pasaron
a manos de Rosario Murillo y finalmente fueron colocadas en las bodegas
de las Ruinas del Gran Hotel”, comentó. Agregó que en ese
trajín se perdieron muchas canciones importantes que ahora serían
piezas claves dentro de este fondo patrimonial. Como parte del “Museo de
la Música Nicaragüense” se encuentran expresiones musicales
de Alejandro Vega Matus, Carlos Ramírez Velásquez y José
de la Cruz Mena; además de cuatro músicos más. “Lo
más relevante de esta colección es que todos los documentos
son originales”, destacó Barrera. Los conciertos, la música
de cámara y las sinfonías son los ingredientes principales.
Hasta se encuentra la famosa “Sinfonía centroamericana”, ganadora
de un premio en Detroit durante 1945. Y es que según Alfredo Barrera,
hay música que data de hace 90 años. “Tal como sucede desde
1983, este material está disponible para todo tipo de consulta”,
dijo. |
EXPOSICIONES ITINERANTES
Para el mes de agosto se tiene programada una
serie de exposiciones itinerantes por diversas bibliotecas de la capital,
con el fin de dar a conocer la existencia de estas partituras musicales,
cuyo mantenimiento ha sido financiado por el Gobierno de Noruega. Según
Jairo Jarquín, secretario de organización del Sindicato Nacional
de Músicos del Instituto Nicaragüense de Cultura, el Museo
de la Música Nicaragüense jugará un papel indispensable
dentro del quehacer cultural, de manera que las orquestas radicadas en
nuestro país sabrán con exactitud dónde buscar los
temas de los grandes maestros, a la hora de interpretarlos en un determinado
concierto.
Incluso facilitará el trabajo de los músicos
departamentales que hasta ahora se les hacía tedioso obtener este
tipo de información. Agregó que el sindicato estaría
dispuesto a cooperar con varias partituras originales de José de
la Cruz Mena, Tino López Guerra y Abraham Delgadillo que poseen
desde hace muchos años y que sería recomendable que descansaran
en el IHNCA, donde existen las condiciones necesarias para su adecuado
mantenimiento.
Por su parte, Víctor Alvarado —violinista
del grupo Kinteto— considera que este fondo documental de la música
servirá para que todos los músicos nuevos conozcan a fondo
sobre el origen, evolución, actores y diferentes expresiones musicales
a través del tiempo.
El acto de entrega “Museo de la Música
Nicaragüense” se llevó a cabo ayer en las instalaciones del
IHNCA, culminando con un concierto del grupo de cámara “Kinteto”
y un brindis. Servicio de investigaciones de estudiantes y músicos
Fondo Histórico Documental de la Música Nicaragüense
indiscutiblemente aportando a la cultura musical nicaragüense. Material
inéditomás de 40 mil páginas de manuscritos originales
con puño y letra de los autores y composiciones de grandemaestros
de la música nicaragüense José de la Cruz Mena, |
José de la Cruz Mena también conocido
como el “Cantor del Río Chiquito”, nació el tres de mayo
de 1874 en el Barrio San Sebastián de León.
A los 21 años de edad, estando en San Salvador
le diagnosticaron la enfermedad de la que fue quedando completamente ciego
un año después, muriendo el 22 de septiembre de 1907 a los
33 años. Es el autor de grandes valses como “Amores de Abraham”.
Su máxima gloria como compositor fue en 1904 cuando ganó
el primer lugar con el vals “Ruinas” en un festival que se realizaba en
el teatro que ahora lleva su nombre El Nuevo Diario 06-05-00 127 años
del nacimiento de José de la Cruz Mena Homenaje de «Esta es
tu Música» El presente es un trabajo realizado por la joven
estudiante de la Facultad de Comunicación Social de la UCA Tamara
Patricia Gómez Salazar, el que en días pasados fue leído
por ella en Radio 580 en el espacio «ESTA ES TU MUSICA» durante
un programa especial en homenaje al 127 aniversario del nacimiento del
maestro José de la Cruz Mena. El maestro falleció aún
lleno de vida --tenía 33 años-- un 23 de septiembre de 1907,
pero ya su fama volaba como sus valses y composiciones se escuchaban por
los cuatro puntos cardinales de Nicaragua. El maestro José de la
Cruz Mena es uno de los grandes símbolos del pentagrama nacional,
cuyas composiciones se hicieron inmortales como su propio nombre. NACIMIENTO
Y FAMILIA: José de la Cruz Mena nació en el departamento
de León, Nicaragua, en el barrio San Sebastián el tres de
Mayo de 1874. Sus padres fueron don Yanuario Mena y doña Celedonia
Ruiz. Mena fue el quinto hijo de don Yanuario y doña Celedonia,
los otros hijos del matrimonio Mena-Ruiz fueron: Jesús Isidro, José,
Carlota y Ana. José de la Cruz Mena aprendió música
desde muy niño, su primer maestro fue su propio padre don Yanuario
Mena quien era un reconocido músico, sobre todo por la forma en
que ejecutaba el Cornetín. José de la Cruz Mena descendía
de una familia modesta con pocos recursos económicos, pero muy rica
por sus virtudes morales y sus cualidades artísticas. El hogar del
gran maestro provocó en su espíritu esa fuerte inclinación
que desde su infancia le llevaría por la escala musical hasta las
cimas de la inmortalidad. Su padre jugó un papel muy fundamental
ya que se dedicó con amor y paciencia para introducirlo por la ruta
del SOLFEO hasta lograr manejar los secretos musicales. De todos sus hermanos,
José de la Cruz Mena fue quien demostró siempre mayor inquietud
por la música y mayor ambición por dominar la técnica.
NOTABLES CUALIDADES Su padre se sentía
orgulloso ya que en poco tiempo miró que José de la Cruz
mostraba notables cualidades. Don Yanuario solía mostrar con frecuencia
a sus amigos a su pequeño José de la Cruz, para que vieran
los notables adelantos del menor de sus hijos quien ejecutaba con gran
maestría el Cornetín. Eso hizo que don Yanuario le instalara
en la orquesta, dejando el pequeño José de la Cruz Mena impresionado
a todos los presentes por su gran habilidad. Pero la muerte inoportuna
de su padre cortó de un solo golpe la alegría que él
sentía. Las ilusiones y esperanzas de José de la Cruz Mena
parecieron derrumbarse por la ausencia definitiva de don Yanuario, ya que
su padre no sólo significaba para Mena el ser que cumplía
con las más elementales necesidades, sino también la pérdida
del maestro. A la muerte de don Yanuario, su hermano mayor Jesús
Isidro pasó a ser el segundo maestro de José de la Cruz Mena,
el se interesó porque su hermano menor perfeccionara sus estudios
en Managua, donde fue atendido por el profesor Alejandro Cousin, quien
en ese entonces era el Director de la Banda de los Supremos Poderes.
JOSE DE LA CRUZ MENA INICIA SU PERIGRINACION
Es así que en 1888 José de la Cruz Mena aparece en la capital,
en la Escuela Nacional de Música la que también era dirigida
por Alejandro Cousin, quien fue un connotado músico de nacionalidad
belga que llegó a Nicaragua procedente de El Salvador luego del
derrocamiento del gobierno de Gerardo Barrios. Pero...un deseo de superación
inquietaba poderosamente su alma que llena de armonía prendía
en su espíritu ansias infinitas de peregrinación. Esa permanente
insatisfacción se refleja siempre en quien quiere ir más
allá de lo común y ordinario, hasta el origen mismo y la
total pureza del arte. Actitud que sólo se ve en los genios como
el gran maestro José de la Cruz Mena qu era un fiel enamorado de
la música que un día lo traspuso más allá de
nuestras fronteras llevándolo hasta Honduras. Durante su estadía
en Tegucigalpa, Mena logró ingresar a la Banda Nacional donde se
hizo cargo del barítono contando para eso con el apoyo de sus compañeros
y de don Adalid Gamero que era su Director. Pero la nostalgia de la Patria
un día tocó la fibra más sentimental de su ser, haciendo
que por primera vez salga en sí una inspiración creadora.
En su cerebro vibraba febrilmente una melodía que sus oídos
percibían con perfecta claridad. Sencillamente eso se debió
a que el gran maestro José de la Cruz Mena evocó el lugar
de su infancia; recordó rostros y voces de sus seres queridos, las
calles de su bella y natal ciudad y por supuesto que una de las comidad
preferidas de todos los nicaragüenses y a la que José de la
Cruz Mena le puso un ritmo de danza ese fue: «El Nacatamal»,
esa singular canción nunca llego a Nicaragua. MENA PASO DE HONDURAS
A EL SALVADOR Posteriormente Mena pasó de Hondurs a El Salvador
donde se incorporó a la Banda de los Supremos Poderes de ese país,
en ese tiempo era dirigida por el músico aleman Dreus. A los 21
años José de la Cruz Mena era ya todo un filarmónico
de renombre en Centroamérica. En 1895 la vida empezaba a sonreirle
al gran maestro, empezaba a nacer en él la chispa de la creación,
del compositor prolífero donde aflora la pureza y la originalidad
con lo cual José de la Cruz acaricia la ilusión de un viaje
que lo pusiera más cerca de los grandes centros musicales del mundo.
En eso estaba pensando el divino maestro del pentagrama nacional cuando...un
fatal diagnóstico médico lo dejó sin aliento, guardando
un silencio que reflejaba su tragedia y la desesperanza por los negros
crespones de la enfermedad. EL MAL DE LAZARO, LA LEPRA SE APODERO DE EL
A veces el destino de la vida somete al ser humano a pruebas insoportables
y es así que luego del diagnóstico médico surge el
dolor frente al genio y la gloria y la muerte frente al heroísmo.
Lo cierto es que su peregrinaje terminó en San Salvador al serle
declarado el mal de Lázaro. En 1896 José de la Cruz Mena
regresa a su Patria volviendo a su antiguo barrio San Sebastián
de la ciudad de León, pero la espantosa enfermedad que aquejaba
a Mena no le permitía la compañía de nadie, razón
por la cual sus pensamientos empezaron a vagar en busca de un lugar donde
pudiera habitar sin tener que abandonar su ciudad natal y fue entonces
que le surgió la idea de trasladarse al RIO CHIQUITO construyendo
con ayuda de algunos amigos una choza en la ribera del río. En ese
lugar José de la Cruz Mena nunca vivió solo, ya que siempre
contó con la compañía del canto de los pájaros,
el viento y el ruido de las aguas del Río Chiquito. LOS COMENTARIOS
Las expresiones que entre el pueblo se lograban escuchar estaban estas:
«¡Pobre José de la Cruz!...¡Cómo vino de
su viaje!». Pero también había comentarios de admiración
como: ¡Con gran facilidad compone valses, misas villancicos y sones
de pascua...¡Mena es un gran compositor!...¿Cómo es
posible que de un hombre atormentado salgan tantas canciones llenas de
ternura, bellas melodías cargadas de alegría? Ya en 1896
José de la Cruz Mena estaba totalmente ciego, la enfermedad seguía
avanzando en él hasta hacerlo encerrarse aún más dentro
de sí mismo. El tiempo transcurría y el maestro ciego y sereno
yacía en su hamaca; de sus labios nunca se escuchó la menor
expresión de dolor. Aunque a José de la Cruz Mena le faltaba
la luz de sus ojos para ver el mundo, dentro de él había
llegado más radiante y más clara la creación artística
del más clásico de los músicos nacionales. EL DICTADO
MUSICAL POR SILBIDOS Pero la cruel enfermedad siguió avanzando y
un día los doctores tuvieron que mutilarle sus dedos, cosa que no
impidió ni amilanó al maestro Mena consagrarse como músico
clásico, ya que el dictado pasó a hacerlo por medio de silbidos
a un grupo de jóvenes músicos que siempre se esforzaron por
tomar nota por nota hasta sacar estas hermosas melodías. Entre los
valses que Mena hizo están: «Rosalía» (dedicado
a doña Rosalía de Icaza), «Recuerdos de la Engracia»
y «En tus Ojos» (compuestos en homenaje a Inés Matus),
«Bella Margarita» (en honor a doña Margarita Rochi),
«Yo pienso en tí», «Suspiro de Amores» y
«Un Recuerdo» (las tres dedicadas a la consagrada pianista
doña Rosario Gil de Fiallos). Otras canciones que José de
la Cruz nos dejó son: «Sueños de Amor», «Yo
te Amo», «A ella», «Las hijas de Eva» y «Te
amo como un eco». En el Maestro José de la Cruz Mena podemos
decir que tuvimos a un hombre que fue y debe seguir siendo un símbolo
en nuestra sociedad. Mena nos dejó en sus valses, esas preciosas
joyas musicales que son para todos los tiempos. Sus dos mejores obras musicales
y las más conocidas son «AMORES DE ABRAHAM» y «RUINAS».
En 1904 fue la época grande de los valses al ritmo del cual América
entera vibró al compás de las bellas notas que nos habían
llegado desde Viena, pero que sonaban como un eco en un bosque o como un
rumor largo y profundo entre las aguas de un caudaloso río. «RUINAS»,
UN ECO DEL DOLOR Podemos decir que el maestro José de la Cruz Mena
con el vals titulado «Ruinas» se erigió un monumento
a sí mismo. «Ruinas» es un vals donde José de
la Cruz Mena nos refleja en cada una de sus notas el eco de un sentimiento
de dolor, de un dolor que llora lo perdido, sobre la carne destruida y
el alma despedazada por la cruel enfermedad. La obra de José de
la Cruz Mena debe de llenar de orgullo a todos los nicaragüenses.
«Amores de Abraham» y «Ruinas» son los dos valses
más famosos y como tal son obras musicales que han perdurado en
el tiempo y en Radio 580 y «Esta es tu Música» conservamos
para las nuevas generaciones. |
Luis Abraham Delgadillo,
(1887-1961)
temas folklóricos nicaragüenses de
la Purísiima el Niño Dios Luis A. Delgadillo es el nombre
que lleva la escuela para honrar a uno de los más grandes músicos
nicaragüenses. Nació en Managua el 26 de agosto de 1887. Por
sus dotes musicales fue becado para estudiar música en Milán
por el entonces presidente de Nicaragua, José Santos Zelaya. Aquí
dirigió por siete años la Banda de los Supremos Poderes.
Por entonces se conoció el folleto Consideraciones sobre el Arte
Musical de Nicaragua (1913). Trasladado a México, fue profesor del
Conservatorio Nacional y Director del Orfeón Popular Número
5. En 1926 realizó una gira por toda Hispanoamérica. En 1930
dirigió un concierto de sus obras en el Cornegie Hall de Nueva York.
Después fue catedrático de Composición y estética
musical en el Conservatorio de Panamá. También fue director
de la Escuela Nacional de Música de Nicaragua y de la Orquesta Sinfónica
de Managua. Fue invitado de honor del Departamento de Estado. El maestro
Delgadillo dominaba todos los géneros: clásicos, románticos
y modernos a la perfección. En la Revista Tiempo de México,
declaró que era género chico, por ejemplo, «Sinfonía
Indígena», «Sinfonía Mexicana» (1924),
«Sinfonía Incaica» (1926), «Sinfonía Serrana»
(1938), la sinfonieta «Un chino en París» (1952), la
Gran Marcha Triunfal «Simón Bolívar» y sus doce
sinfonías breves, son algunas de sus obras, de este maestro del
pentagrama, que escribió más de 300 obras, demostrando una
versátil fecundidad genial. Murió el 20 de diciembre de 1961.
Luis Abraham Delgadillo, (1887-1961) temas folklóricos nicaragüenses
de la Purísima el Niño Dios Luis A. Delgadillo es el nombre
que lleva la escuela para honrar a uno de los más grandes músicos
nicaragüenses. Nació en Managua el 26 de agosto de 1887. Por
sus dotes musicales fue becado para estudiar música en Milán
por el entonces presidente de Nicaragua, José Santos Zelaya. Aquí
dirigió por siete años la Banda de los Supremos Poderes.
Por entonces se conoció el folleto Consideraciones sobre el Arte
Musical de Nicaragua (1913). Trasladado a México, fue profesor del
Conservatorio Nacional y Director del Orfeón Popular Número
5. En 1926 realizó una gira por toda Hispanoamérica. En 1930
dirigió un concierto de sus obras en el Cornegie Hall de Nueva York.
Después fue catedrático de Composición y estética
musical en el Conservatorio de Panamá. También fue director
de la Escuela Nacional de Música de Nicaragua y de la Orquesta Sinfónica
de Managua. Fue invitado de honor del Departamento de Estado.
El maestro Delgadillo dominaba todos los géneros:
clásicos, románticos y modernos a la perfección. En
la Revista Tiempo de México, declaró que era género
chico, por ejemplo, «Sinfonía Indígena», «Sinfonía
Mexicana» (1924), «Sinfonía Incaica» (1926), «Sinfonía
Serrana» (1938), la sinfonieta «Un chino en París»
(1952), la Gran Marcha Triunfal «Simón Bolívar»
y sus doce sinfonías breves, son algunas de sus obras, de este maestro
del pentagrama, que escribió más de 300 obras, demostrando
una versátil fecundidad genial. Murió el 20 de diciembre
de 1961. |


Carlos Ramírez Velásquez, (1882-1976),
mas de mil sones de pascua, misas de gloria,marchas militares,cantos a
la Virgen, himnos y Fox Trot,colección de valses de gran belleza
'Sinfonía de las Américas' 1945. Fernando Luna Jiménez,
composiciones de cámara, Réquiem, música sinfónica
con temas del folklore. Alejandro Vega Matus (1875-1937) composiciones
de identidad. Juan Manuel Mena Romero,(1917-1989) música coral nicaragüense,
Réquiem 71, el salmo (poema de Ernesto Cardenal), orquesta de cuerdas. |
Tino López Guerra
Nació en Chinandega el 20 de julio
de 1906, su padre el médico Eduardo López Robelo, su madre
Celina Guerra; tercer varón de los 6 hijos del matrimonio López
Guerra demostró desde temprana edad su alma de compositor y poeta,
creando música y poemas románticos. Erwin Krüger Urroz
aqui un link con otro URL Visitelo Amor, picadía y armonía
en la composición musical nicaragüense. Nació el 2 de
Noviembre de 1915 en León, Nicaragua. De pronto un canto y sabrá
quien ha puesto en la memoria de su corazón esa armonía de
nostalgia y luces nativas. En todo aire nicaragüense pasa una nota
de Erwin Krüger. En el Hotel California de la capital guatemalteca
Erwin empezó a componer "Mi Pueblito". Pasaba horas y horas arrecostado
en un catre dándole vida a su hoy célebre canción:
"cuando evoco el recuerdo de mi pueblito... etc |
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